Tengo sed de ti.
De tu geografía...
firme.
De tus silencios...
elocuentes y vastos.
De tu melancolía...
sabor a húmeda hierba.
De tu voz queda...
hilvanando futuro entre mareas.
Tengo sed de ti.
De tus entrañables enigmas.
De tu tácita fortaleza...
entre falanges de cera.
De tus caricias... largas,
entre erupcionadas crestas.
Tengo que hundirme en ti.
Respirar tu piel.
Beber tu aroma.
Paladear tu pulso.
Escuchar tu célula.
Tengo hambre de ti.
Tengo...
que estar en ti,
para seguir viva...
en ti.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
lunes, 27 de septiembre de 2010
Despedida
Quedó prendido, en mi rutina,
el fugaz centelleo del llanto controlado.
Un instante y en él,
condensado un tiempo...infinito…
vasto…perfecto.
De los dos, tú y yo dueños.
El pudor entumeció tu lágrima.
Mi silencio, sabiendo lo inevitable,
selló mis labios.
No hubo palabras.
Para la piel: ociosas.
Para la verdad: incompletas.
Tu mirada seca y mi ronco silencio,
anunciaban:
Una honda soledad de a dos.
A partir de ese punto, el tiempo…
una semirrecta monótona…opaca…hueca.
el fugaz centelleo del llanto controlado.
Un instante y en él,
condensado un tiempo...infinito…
vasto…perfecto.
De los dos, tú y yo dueños.
El pudor entumeció tu lágrima.
Mi silencio, sabiendo lo inevitable,
selló mis labios.
No hubo palabras.
Para la piel: ociosas.
Para la verdad: incompletas.
Tu mirada seca y mi ronco silencio,
anunciaban:
Una honda soledad de a dos.
A partir de ese punto, el tiempo…
una semirrecta monótona…opaca…hueca.
Hoy, guardo entre mis recuerdos
nuestro segmento de tiempo.
Coloreado de ocres.
Amamantado de gestos.
Acunado entre lluvias y soles.
Y, también guardo entre otras,
la cicatriz delgada y honda
de tu lágrima coagulada;
mientras yo, en silencio emigraba
sin siquiera sentir el batir de mis alas.
nuestro segmento de tiempo.
Coloreado de ocres.
Amamantado de gestos.
Acunado entre lluvias y soles.
Y, también guardo entre otras,
la cicatriz delgada y honda
de tu lágrima coagulada;
mientras yo, en silencio emigraba
sin siquiera sentir el batir de mis alas.
domingo, 26 de septiembre de 2010
Pintando al ocaso
Después del sol...
y más allá de las voces.
En el umbral del silencio.
Allí; hecho pájaro y suspendido
en el abstracto vértice del infinito,
palpita el poniente... vivo.
Faldón que el día arrastra lento...
muy lento...
hasta desnudarse en luceros.
Sensualmente violeta,
hondo, extravagante
y bohemio.
En la cósmica geometría;
luz y sombra un punto
de morir
pariendo en púrpura:
un negro Cupido.
En la oscura recta,
ancho... bosteza el descanso.
y más allá de las voces.
En el umbral del silencio.
Allí; hecho pájaro y suspendido
en el abstracto vértice del infinito,
palpita el poniente... vivo.
Faldón que el día arrastra lento...
muy lento...
hasta desnudarse en luceros.
Sensualmente violeta,
hondo, extravagante
y bohemio.
En la cósmica geometría;
luz y sombra un punto
de morir
pariendo en púrpura:
un negro Cupido.
En la oscura recta,
ancho... bosteza el descanso.
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