Tienes, Alta Gracia,
sabor a fresco, a ingenuidad
con fragancias de misterio.
Ciudad mimada
en el regazo de sierras longevas,
envuelta en la pañoleta suave
de tu límpido cielo.
Tienes callecitas que evocan juegos;
cual toboganes, suben y bajan lomadas
dibujando tu cuerpo grácil y bello.
Tienes ese olor de los mágicos cuentos
esfumándose lento desde la fantasía
de tu Tajamar travieso.
Tienes la mirada queda y larga
de tus ancianos monumentos
que hablan de ancestral nobleza
en tu cuna y tus cimientos.
Tienes gente buena, de corazón blando,
cálidos gestos y … tienes
la gruta de sólida fe y santuario
donde, en devoción y rezos;
se hermanan las almas ávidas
de amores celestiales, de bendiciones
y de gracias.
Tienes, Alta Gracia, sabor a caramelo.
Color y brillo por fuera y adentro;
azúcar, para saborearte despacito
mientras te peina la brisa liviana
y los sabores a hierbas serranas te besan
hondo… tu todo completo.
Carmen del Valle Picardo
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