Porque germino en suelos
doloridos
sedientos…
Porque
tengo mis raíces aferradas;
a la
fortaleza inquebrantable
de
los bienaventurados credos.
Porque
busco la luz
que
ilumina con acierto los senderos.
Porque
sobrevivo a los temporales recios
y a
los impiadosos inviernos
con
la convicción que me alimenta;
Vida,
por dentro.
Porque
pasarán los años
y
seguiré existiendo
en
las semillas nobles
que
los tiempos no corrompieron.
Me
llaman, Esperanza
y
seguiré… Esperanza siendo
en
amaneceres nuevos
en
luz con destino de cielos
en
la voz y el testimonio
de
las virtudes más nobles
que,
al hombre ungen;
futuro,
en amor; despierto.
Carmen del
Valle Picardo